Publicado en septiembre 29th, 2016 | por admin
0La diversión en los años 80
Todos aquellos que vivieron su infancia en la época de los 80 sabrán que por entonces no existía toda la diversión tecnológica que hoy en día poseen los niños, y es que cualquier niño de 7 u 8 años de hoy en día sabe utilizar mucho mejor la tecnología que tu mismo.
Pues bien aunque ahora sea difícil de creer, en los años 80 había muchas formas de divertirse que no implicaban tecnología, por eso vamos a hacer un recorrido por todos aquellos juegos que amenizaban nuestras tardes con los amigos.
Las canicas
Este juego es todo un clásico, consistía en lanzar una de tus canicas e intentar aproximarla a otras, si ganabas te quedabas con las canicas de tu contrincante y si perdías lamentablemente te quedabas sin las tuyas. Las canicas llegaron a enfrentar a muchos compañeros en el patio del colegio, aunque luego todo quedaba en un enfrentamiento amistoso.
Juegos de mesa
Cuantas tardes de lluvia quedabas con amigos para jugar al Parchís, Hundir la flota o el Monopoly. Los ratos se pasaban volando discutiendo por conseguir las mejores calles para cobrar por ellas o intentando sacar un 6 con el dado. Sin duda estos juegos eran una diversión asegurada que te hacia disfrutar de los amigos en cualquier sitio.
Rayuela
Aunque este juego lo practicaban más las niñas sin duda era una de las mejores maneras para que la actividad física formara parte del juego. Recreos enteros estaban plagados de dibujos de rayuela en el suelo, y la desaparición de tizas en las clases con este juego estaba asegurada. Consistía en pintar 10 cuadros en el suelo, marcarlos con números e ir saltando sobre ellos con uno o dos pies.
La comba
Esta es otro de los juegos que conllevaban actividad física, se junta un grupo, dos en los extremos de la cuerda para hacerla girar y el resto saltan en ella cantando canciones y a diferentes ritmos de intensidad. Con este juego había verdaderos piques por ser el que más aguantaba saltando.
La peonza
Quizá este es el juego que más habilidad requería por parte del niño, ya que lanzar la peonza de manera correcta era todo un don. Consistía en enrollar la peonza en una cuerda que al tirarla se desenrollaba rápidamente haciéndola girar.
Si eres unos de los afortunados que vivió esta época sabrás que nada sustituye todos estos juegos por alguno de los de ahora, y aunque la tecnología sea muy buena hay cosas que nunca se deberían perder, y es que los niños de hoy en día deberían experimentar lo que se siente al jugar a cada uno de ellos.